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Desde hace 70 años, la ONU en Nueva York usa el agua del East River para refrigerarse
Desde hace 70 años, la ONU en Nueva York usa el agua del East River para refrigerarse / Foto: ANGELA WEISS - AFP

Desde hace 70 años, la ONU en Nueva York usa el agua del East River para refrigerarse

En las entrañas de la ONU en Nueva York, una bomba succiona agua del East River: un viejo sistema de aire acondicionado de bajo consumo que trata de expandirse en momentos en que el mundo busca lugares más frescos para vivir.

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Este sistema de refrigeración ha estado ahí "desde el principio, integrado en el diseño" de la sede inaugurada en los años 1950, explica el ingeniero jefe Michael Martini, mientras muestra a la AFP las instalaciones.

Modernizado durante la gran renovación del edificio entre 2008 y 2014, permite refrigerar el complejo de la ONU -con un límite fijado en 24-25°C- con menos consumo de energía que un sistema de aire acondicionado convencional, en auge frente al cambio climático.

Incluso en pleno verano neoyorquino, "el río alcanza los 24,5°C (76°F) y no los 38°C (100°F)" del aire ambiente, señala David Lindsay, a cargo del sistema de refrigeración. Por eso se necesita "menos energía" para crear frío.

Cada minuto se bombea hasta 26.000 litros de agua salada del East River (en realidad un brazo de mar) a través de grandes tuberías de fibra de vidrio hasta la estación de refrigeración.

En el proceso, se utiliza un gas refrigerante.

Lindsay explica que hay "dos circuitos independientes" para evitar cualquier contaminación del agua de mar, que luego se devuelve, más caliente, al estuario que bordea Manhattan.

Se trata de un sistema imposible de adivinar desde los pisos de la torre de cristal o bajo la cúpula de la Asamblea General, donde muchos se sorprenden al saber que el East River no es sólo parte del paisaje.

La sede de Nueva York no es la única instalación de la ONU que recurre al agua. El Palacio de las Naciones de Ginebra está conectado a una red de refrigeración que utiliza el lago Lemán, y la Ciudad de las Naciones Unidas, que alberga 10 organismos de la ONU en Copenhague, bombea agua de mar, lo que ha "eliminado prácticamente" la necesidad de electricidad en la producción de frío.

Una clara ventaja frente a los 2.000 millones de aparatos de aire acondicionado individuales instalados en todo el mundo.

- ¿Por qué es tan raro? -

Aunque esta cifra está llamada a dispararse para ayudar a las poblaciones cada vez más expuestas a temperaturas peligrosas, el consumo de energía para los aires acondicionados se ha triplicado desde 1990, según la Agencia Internacional de la Energía, que reclama sistemas más eficientes.

Por ejemplo, redes de refrigeración centralizadas que utilicen electricidad, energía geotérmica o hidrotermia, como en la sede de la ONU.

Pero aunque este método ha demostrado su eficacia, "no se está desplegando todo lo que debería para responder a los problemas a los que nos enfrentamos", explica a la AFP Lily Riahi, coordinadora de la Coalición Cool, que reúne a estados, ciudades y empresas bajo los auspicios de ONU Medio Ambiente.

Aparte de los complejos suficientemente grandes como para tener su propio sistema, como la ONU o la Universidad de Cornell en Estados Unidos, que aprovecha las profundidades del lago Cayuga, este tipo de infraestructuras requiere una auténtica planificación urbana en la que participen múltiples actores.

"Sabemos que es técnicamente posible y tenemos varios casos que demuestran que es rentable", comenta Rob Thornton, presidente de la Asociación Internacional de Redes de Energía, que apoya el desarrollo de sistemas urbanos de refrigeración y calefacción.

"Pero hace falta alguien, un agente, un campeón, una ciudad o un proveedor" para "reunir a suficientes clientes de modo que el riesgo sea asumible", prosigue.

Como en París, donde ya funciona la mayor red de refrigeración de Europa, que utiliza el río Sena para enfriar y calentar la ciudad y en particular el Museo del Louvre.

Estas redes también permiten reducir el uso y las fugas de refrigerantes nocivos, y evitan liberar más calor al aire en ciudades que ya son sofocantes durante las olas de calor.

Pero a algunos ecologistas les inquieta el impacto del calentamiento del agua en los ecosistemas acuáticos. Son preocupaciones "legítimas", dice Lily Riahi.

Pero son un problema mucho menor que los vertidos de la refrigeración de las centrales nucleares, y pueden evitarse "fijando límites a la temperatura" del agua, señala.

La experta de ONU Medio Ambiente también recomienda la instalación de "filtros de entrada para evitar que los organismos acuáticos sean succionados".

En la sede de la ONU, algunas criaturas marinas se cuelan a veces por la red. Y a varios metros bajo tierra, el depósito de agua del East River es conocido entre algunos empleados por albergar algunos mariscos...

B.Mayer--FFMTZ