

Miles de personas desafían la prohibición de Orban en una Marcha del Orgullo con afluencia récord
Con banderas arcoíris ondeando bien alto, decenas de miles de personas se manifestaron este sábado en la Marcha del Orgullo en Budapest, prohibida por el gobierno húngaro y convertida en un acto de desafío al primer ministro ultraconservador Viktor Orban.
Aunque no haya cifras oficiales disponibles, los organizadores estimaron que cerca de 200.000 personas acudieron a la marcha, una afluencia muy superior al récord previo de 35.000 asistentes.
Orban y su partido, el Fidesz, "este importante éxito de la Pride [Orgullo] es muy embarazoso" y tendrá "repercusiones" políticas, comentó a la AFP el analista Szabolcs Pek.
La manifestación empezó alrededor de las 15H00 (13H00 GMT) cerca de la municipalidad de la capital húngara, decorada con los colores del arcoíris y bajo un sol abrasador. Cuatro horas después, la marcha aún no había concluido.
Entre los participantes, muchos contaron que era la primera vez que asistían a una marcha del Orgullo, como Zoltan, de 66 años.
"Estoy orgulloso de ser gay y tengo mucho miedo de que el gobierno quiera humillarnos. Me sorprende que haya tanta gente", dijo, emocionado.
Marcell Szanto, un estudiante de 22 años y "aliado heterosexual" del colectivo LGTB+, aludió a una "experiencia formidable", lejos del "odio que suele ser característico del ambiente en Hungría".
- Cámaras de vigilancia -
Deseoso de evitar las imágenes de represión violenta, Orban descartó cualquier intervención de las fuerzas de seguridad. Pero al mismo tiempo amenazó a gays, lesbianas y trans con consecuencias legales.
Toda Europa tiene la mirada puesta en este país de 9,6 millones de habitantes. Bruselas ha condenado la prohibición, una regresión inédita de los derechos LGTB+ en la Unión Europea.
Akos Horvath, un estudiante de 18 años que viajó a la capital de Hungría desde una ciudad del sur del país, afirmó que "asistir" a la marcha reviste "una importancia simbólica".
"No se trata únicamente de representar a la gente gay, sino de defender los derechos del pueblo húngaro", declaró a la AFP.
Treinta y tres países apoyaron la Marcha, pero el ministro de Justicia húngaro advirtió a los diplomáticos en la capital que si participan en un evento prohibido tendrán que asumir las consecuencias.
Las autoridades han instalado cámaras a lo largo del recorrido dotadas con sistemas de reconocimiento facial.
El gobierno advirtió que las multas pueden llegar hasta 500 euros (585 dólares) y que organizar una marcha prohibida o llamar a participar en ella puede ser castigado con hasta un año de prisión.
Por su parte, varios grupos de ultraderecha anunciaron contramanifestaciones, que sí fueron autorizadas por el gobierno, en el mismo recorrido de la Marcha del Orgullo.
- Un gol en su propio arco -
"Gracias, Viktor Orban, por haber promovido una sociedad más tolerante", ironizó en Facebook el alcalde de Budapest, el ecologista Gergely Karacsony, que mantuvo la marcha argumentando que un evento municipal no necesita autorización del gobierno.
"En lugar de marcar puntos", el gobierno "se marcó un enorme gol" en su propio arco al intentar impedir el evento de hoy, apuntó otro opositor, Peter Magyar, que lidera los sondeos de cara a las legislativas de la primavera boreal de 2026.
Según el analista Daniel Mikecz, el gobierno intenta "intimidar a la gente", sin tener en cuenta que la prohibición de la marcha viola los tratados europeos firmados por Hungría cuando se unió a la UE, en 2004.
El gobierno asegura que los menores no deben estar expuestos a la homosexualidad y la transidentidad o a lo que califica de "depravación".
El Ejecutivo húngaro aprobó en marzo una ley que prohíbe marchas como las del Orgullo y también enmendó la Constitución para restringir los derechos LGTB+, en nombre de los derechos de los niños.
Alentado por la ofensiva de Donald Trump contra los programas de promoción de la diversidad, Orban esperaba "polarizar a la sociedad", según los politólogos, un método que en otras ocasiones le dio buenos resultados.
Antes de que Orban llegara de nuevo al poder en 2010, Hungría era uno de los países más progresistas de la región.
La homosexualidad había sido despenalizada a principios de la década de 1960 y la unión civil entre cónyuges del mismo sexo fue reconocida en 1996.
Pero Orban ha cambiado gradualmente la situación.
"Asqueroso (...) se ha convertido en una moda eso de exhibirnos nosotros mismos", dijo a la AFP una mujer que solo quiso identificarse como Katalin, a favor de la prohibición del gobierno.
Las marchas del orgullo se suelen organizar en junio, para conmemorar los llamados disturbios de Stonewall, ocurridos en Nueva York el 28 de junio de 1969 tras una redada de la policía en un bar gay.
Q.Frank--FFMTZ